La música en España está infravalorada, cada vez es mucho más difícil entrar a un conservatorio, no sacan plazas para estudiar en ellos, con lo cuál también se reduce el número de profesores que se necesitan, pasando años en los que no se convocan plazas de guitarra, entre otros instrumentos.
En la enseñanza obligatoria, ser profesor de música en colegios e institutos se pone más complicado, se han ido reduciendo las horas, y pasando a ser una optativa, ¡qué pena que no sean conscientes de la importancia que tiene la música para el desarrollo de las personas! En todos los ámbitos psicológico, físico, social, intelectual…
Los guitarristas profesionales, van sobreviviendo a costa de clases particulares, algún concierto esporádico, y trabajando en escuelas municipales de música y academias privadas. Muy pocos afortunados son los que pueden llegar a trabajar en un conservatorio municipal y algunos los más dichosos en un conservatorio de la consejería de educación de su comunidad.
Algunos, tienen la posibilidad de montar su propia escuela, en este caso me incluyo yo. Después de crear en mi pueblo una de las mejores escuelas de la región, y después de veinticinco años trabajando en y para ella, como directora de la escuela y profesora de guitarra, en la pandemia nos despiden a todos, y aprovechan la coyuntura para por “motivos injustificados” es decir, poner a la persona que ellos quieren, por ser el hijo, el amigo o el primo de…
¿Qué pasa en la mayoría de las escuelas municipales de música?
Unas dependen de asociaciones sin animo de lucro (asociaciones culturales, o bandas de música), la mayoría de las veces estas asociaciones cumplen la misión que no quieren cumplir los ayuntamientos para no cargar con los contratos y nóminas de este cuerpo de profesores, el trabajo es inestable, a titulados superiores los contratan como monitores, y lo que dura el curso escolar, en algunas escuelas bastante menos, únicamente de octubre a mayo. Con lo que en verano podrán cobrar el paro cada dos cursos. Como si el resto del año esos profesionales no tuvieran que comer, pagar sus gastos…y vivir. Normalmente están contratados por muy pocas horas, y tienen que ir desplazándose de pueblo en pueblo, dos tardes en esta escuela, una tarde en aquella… con el consiguiente desgaste psicológico.
Continuamente hablo con compañeros que me cuentan las malas condiciones de trabajo que tienen, se pasan la vida estudiando oposiciones en las que apenas sacan una plaza y ni siquiera cada dos años cuando convocan oposiciones, con lo que se convierte en un imposible poder acceder a ser profesor en un conservatorio.
Cada vez llega menos alumnado a los conservatorios profesionales y superiores, y muchas veces no es porque no quieran, sino porque no hay plazas para estudiar en ellos, y si entras el futuro profesional es muy incierto, inestable y verdaderamente penoso.
Ante este panorama podemos deducir que el autocuidado es fundamental para los guitarristas, ya que su práctica constante no solo requiere dedicación y esfuerzo mental, sino también un alto nivel de bienestar físico y emocional. La guitarra, como instrumento, demanda precisión, resistencia y control, y sin el cuidado adecuado, estas demandas pueden llevar al agotamiento físico, estrés emocional e incluso lesiones.
