Descubrir las emociones con la música

Por Maribel Alcolea Hernández

Dentro del Método Maguit, de iniciación a la música con guitarra, utilizamos Un arco iris de sonidos desde la guitarra a mi corazón”, para trabajar las emociones.

Personaje Mimi del cuento «Volando al Sol» MAGUIT 3 Descubridores Maribel Alcolea Hernández

INTRODUCCIÓN

De la mano de su amiga la guitarra, dos amigas visitan el triste país de los sonidos en blanco y negro, pero descubren, guiadas por su corazón un arco iris que les invita a colorear la música.

Con esta comunicación se pretende aportar una serie de “Propuestas Educativas Innovadoras”, que se abordan en el Método Maguit, para trabajar las emociones con nuestro alumnado en la clase de guitarra, aunque estas mismas dinámicas se pueden realizar con los alumnos de lenguaje musical o de cualquier otro instrumento, puesto que las actividades elegidas, en esta ocasión, son muy genéricas con el ánimo de que puedan servir para todos.

La música es el arte por excelencia para transmitir las emociones. En este programa se propone el uso de una serie de actividades, cuya finalidad es lograr que los niños vivan las emociones, las reconozcan y aprendan a transferirlas desde el principio de su educación musical. Los alumnos que más adelante se dediquen profesionalmente a la guitarra, serán conscientes de que la música como arte es uno de los principales vehículos de transmisión de las emociones, y que el intérprete ha de emocionar a su público, más allá de la técnica instrumental.

EXPERIENCIA CREATIVA

La música, como arte, despierta emociones: con «Un arco iris de sonidos desde la guitarra a mi corazón» las irán descubriendo, sintiendo y finalmente utilizarán las emociones para dar color a la música.

En el Método MAGUIT se proponen una serie de actividades y recursos didácticos para trabajar la música, la guitarra y las emociones, adecuados a las edades a las que va dirigido el programa.

                   Actividades para trabajar las emociones:

1.- Realizaremos con los alumnos lo que denominamos “audiciones activas”[1]:

El profesor  va a  seleccionar distintas obras musicales que comuniquen fácilmente las emociones más elementales, como pueden ser la alegría[2], la tristeza[3], y otras emociones más complejas dependiendo de la edad del alumnado con el que estamos trabajando (ira, orgullo, amor…).  Mientras escuchan la música propuesta por el profesor, los alumnos pueden dibujar o colorear una ficha con Maguit-iconos[4] correspondientes a las emociones que la música les transmite (siento tristeza, alegría, amor, serenidad…). De esta forma interiorizan las emociones que les comunica la música que están escuchando.

2.- Otra actividad propuesta en el Método Maguit, consiste en realizar actividades con movimiento, utilizando recursos como el paracaídas[5] o con cintas de telas de colores para moverlas mientras escuchan la música al ritmo que las obras musicales les van sugiriendo: más rápido o más lento. ¡Vamos a dibujar la música en el aire y en el espacio!

  3.- El juego en la enseñanza tiene enormes virtudes pedagógicas:

  – Enriquece el aprendizaje.

  – Fomenta la creatividad.

  – Motiva e implica al alumnado.

Formulamos los siguientes juegos para discriminar distintos estilos musicales relacionados con las emociones y que a su vez desarrollan la concentración y la atención en los niños:

3.1.- ¿Y ahora qué suena?

Los alumnos tienen en una mano un globo y en la otra una cinta de tela, el profesor asigna el globo para la música alegre y la cinta de tela para la música triste. Irán sonando distintas músicas y los niños deberán mover el globo o la cinta dependiendo si les parece alegre o triste.

3.2.- Los paraguas de las emociones:

Necesitaremos para realizar esta actividad, dos paraguas grandes uno negro que representará todas las emociones negativas (tristeza, ira…) y uno de colores del arco iris que simbolizará las emociones positivas (alegría, amor, calma…), dos alumnos serán los portadores de los paraguas. Los niños deberán meterse debajo de un paraguas u otro dependiendo de si la música que están escuchando les sugiere unas sensaciones tristes o desagradables, o efectos alegres y placenteros.

Este juego nos puede servir para clasificar una lista de obras musicales, según las emociones que producen en un determinado grupo de alumnos.

3.3.- Cantamos para sentir:

La voz es el instrumento más próximo para transmitir nuestros sentimientos, de modo que vamos a utilizar la canción para dar determinados énfasis a una misma melodía, cambiándole las emociones con que podemos expresarla. Para ello hemos seleccionado la canción: Arco iris de Ricardo Barceló y Tiago Sousa [6].

El procedimiento que vamos a utilizar para aprender esta canción y luego poder cambiarle el tipo de emoción con la que vamos a interpretarla, es el siguiente:

a) Trabajar las células rítmicas de la melodía.

b) Recitar y memorizar la letra de la canción “Arco iris”.

c) Los niños tararean la melodía con las sílabas la-la-la, siempre imitando al profesor (pregunta-respuesta).

d) Seguidamente, uniremos la melodía con la letra y los niños la aprenden por imitación (el profesor la canta y los niños la repiten).

e) Cantamos la canción una vez aprendida, ahora la música está “en blanco y negro” (sin matices y sin expresión).

f) Con acompañamiento de la guitarra del profesor, vamos a interpretar la canción con la música en “colores de arco iris”, para ello vamos a emplear los matices: fuerte y piano, así como también podemos utilizar reguladores de sonido.

g) En este último paso, comenzamos a introducir las emociones: cantar la canción “Arco iris” con alegría, con tristeza, con amor, con enfado, con orgullo…

Para ello vamos a utilizar el “Emocionario” de Palabras Aladas[7]: los alumnos eligen con qué emoción vamos a cantar la canción “Arco iris”, leen la definición de la emoción en el mencionado emocionario, e interiormente se predisponen a poner ese sentimiento para cantar.

El Método Maguit, utiliza canciones de origen folklórico y popular, otras creadas o inventadas, en este sentido es muy importante conocer “La aventura de cantar” de Montse Sanuy[8]: “Quien sólo sabe una canción no tiene perdón” (refranero popular).

En resumen, utilizando el juego como herramienta y la guitarra como medio, al aplicar este programa, se va conceptualizando lo experimentado en cada actividad en cuanto a ritmos, figuras, métrica, sonido y toma de contacto con la guitarra.

Es necesaria una formación integral del alumno y aquí debemos ser conscientes de introducir el cuidado del cuerpo con la relajación, los estiramientos y en definitiva un buen control postural para evitar lesiones en un futuro[9], como profesores responsables   debemos documentarnos y orientar a nuestros alumnos[10] y habituarles a preparar sus manos antes de tocar[11]. Y aquí introducimos también el reconocimiento de emociones.

https://youtu.be/smXXVinZtzc

4.- El poder de los cuentos. Cuéntame un cuento y lo guardaré en mi corazón.

Los cuentos desempeñan una importante función a la hora de trabajar con niños pequeños. A través de un cuento como “Volando al Sol” (Maguit 3)[12] podemos conseguir una progresiva toma de contacto del alumno con el instrumento, para que aprenda a pulsar las notas de las tres primeras cuerdas de la guitarra, al aire, y también a tocar en grupo de una forma lúdica. Todo ello en el entorno mágico de un relato con unos divertidos personajes que les van a dejar unas moralejas sobre la amistad, la guitarra, la salud y el esfuerzo.

Con el cuento de Silencio (Maguit 2), se les enseñará a los niños la importancia del silencio para la música y su representación gráfica. Lo necesario que es el silencio para atender a los demás, y para escuchar tu propio instrumento, así como, para tocar en grupo. La Historia de Carmen y Ana (Maguit 4), es un cuento que les enseñará a los niños los valores necesarios para tocar un instrumento y que son extensibles a todas las facetas personales de la vida, como son el esfuerzo, la responsabilidad, la constancia, el trabajo, el estudio, etc.

Por la importancia que tienen los cuentos en esta etapa educativa, se considera necesario hacer una aproximación al concepto de cuentos musicales, o cuentos sonorizados, analizando los beneficios que como recursos dentro del ámbito educativo nos aportan en este caso de la enseñanza de la guitarra y de las edades que nos ocupan.

Podemos encontrarnos con diversos tipos de cuentos: por ejemplo, las historias narradas que incorporan pequeñas piezas musicales. Los cuentos dramatizados que alternan canciones tanto cantadas como instrumentalizadas, así como también los cuentos narrados a través de instrumentos y son estos los que interpretan a los personajes (violines que son pájaros, tambores que son elefantes, golpes en la tapa de la guitarra que pueden simular la lluvia al caer, botellas de agua vacías que al pisarlas simulan truenos[13]…)[14].

Con estas estrategias, lograremos nuestro principal objetivo: hacer que el alumnado interiorice cómo la música modifica nuestro estado de ánimo y nuestras emociones.

Les haremos partícipes de la importancia del silencio para el hecho musical. Serán conscientes del valor del silencio para poder entender la música: sin silencio no se escucha la música.

ETAPA Y NIVEL CON LOS ALUMNOS QUE SE LLEVÓ A CABO

 Con los alumnos del programa Maguit, que tenían entre tres y diez años de edad.

RESULTADOS

 El alumnado trabajará con los recursos musicales que darán color a sus interpretaciones musicales: matices, timbres, reguladores de sonido, etc. Y lo más importante interiorizarán qué tipo de emociones les va a transmitir cada estilo musical, cada tonalidad, con lo cual ellos serán capaces de incorporarlo en sus interpretaciones musicales dentro de su nivel técnico con el instrumento, en este caso la guitarra.

CONCLUSIONES

El tiempo nos dirá quiénes de estos pequeños serán músicos profesionales:orientaremos a aquellos casos que el especial talento y vocación del alumno aconseje su acceso a una enseñanza de carácter profesional, proporcionando en su caso, la preparación adecuada para acceder a dicha enseñanza, o harán de la música su compañera de vida, lo importante es que les estamos formando como personas íntegras: la música desarrolla muchas capacidades en el niño.

La música engrandece al ser humano, desarrolla sus múltiples capacidades intelectuales y psicomotrices, conduce a las emociones y potencia nuestra vida interior, reforzando la voluntad, la sensibilidad y la imaginación. Los profesores somos transmisores de conocimientos e ilusiones, abriendo a nuestros alumnos las puertas a la magia de las seis cuerdas y a la pasión por nuestro querido instrumento: la guitarra.

La música para ser verdadero arte tiene que trascender a los medios técnicos, un paso más allá: si siento la música, si la veo en colores, si vivo el ritmo, vivirá en mi interior y seré capaz de llevar un arco iris de sonidos desde la guitarra a mi corazón y a todos los corazones que me escuchen. “Sentir la música”. “Sentir para hacer sentir”.

www.maribelalcolea.net

OBRAS MUSICALES ORIENTATIVAS PARA TRABAJAR LAS EMOCIONES

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[1] Audiciones activas, no sólo en el sentido de movimiento y expresión corporal y gráfica, sino también en el sentido cognitivo y emocional. Cuando los alumnos de estas edades entre los tres y los ocho años van a escuchar música se propone además realizar otra actividad, por ejemplo, colorear, dibujar o juegos de expresión corporal; de este modo los alumnos prestarán mucha atención a la música que están escuchando y mantendrán la concentración durante más tiempo. Dalcroze, utiliza la expresión corporal para la audición, y para comprender y asimilar el ritmo en los niños.

[2] Por ejemplo: “Giga Irlandesa”. Suite Canadá de Jorge de Carlos. Guitarra: Pablo de la Cruz.

[3] Por ejemplo: “Palhaço” de Egberto Gismonti. Guitarra: Eduardo Baranzano.

[4] Maguit-iconos, son emoticonos creados para trabajar las emociones con guitarra, que aparecen en los Libros del Método Maguit.

[5] El paracaídas es un material didáctico (con forma de paracaídas) elaborado con tejidos de diferentes colores, bastante utilizado en educación física y psicomotricidad.

[6] Barceló, R. y Sousa, T. Canto para tocar. Toco para cantar (2017), Murcia, España: Editorial Diego Marín.

Este libro contiene un repertorio de música de guitarra de autores clásico-románticos: Carcassi, Carulli, Giuliani y Sor. A este repertorio de estudios, les han añadido letras, para que los alumnos toquen la guitarra y a su vez puedan cantar, entre otras actividades propuestas por los autores. En nuestro caso el profesor hará los acompañamientos con la guitarra y los niños cantarán. La música de la canción Arco Iris, corresponde al Andantino, Op.59 de Matteo Carcassi.

[7] Nuñez, C. y Valcárcel, R.R., (2016) Emocionario, 3ª ed., Madrid, España: Editorial Palabras Aladas.

[8] Sanuy, M., La aventura de cantar (2011) Ministerio de Educación, Madrid, España: Ediciones Morata.

[9] Azagra Rueda, V., La salud del guitarrista, guía para estudiar sin esfuerzo, prevenir lesiones y mejorar el rendimiento, (2006), Madrid, España: Editorial Acordes Concert.

[10] Conable, B. Lo que todo músico tiene que saber sobre el cuerpo (Técnica Alexandre), (2011) Barcelona, España: Editorial Laertes.

[11] Corroto Arance, J. Soy guitarrista: ¿Cómo caliento mis manos?,(2013), Madrid, España: Editorial Cultiva Libros.

[12]Volando al Sol”, es un cuento para presentar las notas de las tres primeras cuerdas con divertidos personajes que forma parte del Cuaderno Maguit 3, para niños de cinco años de edad.

[13]La tormenta” de Jorge Cardoso.

[14]Pedro y el lobo” es uno de los primeros cuentos musicales escritos, escrito por Sergei Prokofiev en 1936, es la composición que inaugura el género “cuento musical para niños”. Otro cuento muy conocido es “Piccolo, Saxo y Compañía” de André Popp.

Guitarra Método Maguit

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